4-3-1970 Seva, Barcelona (España).
Álex fue todo un ejemplo de precocidad. Con sólo 14 años y falsificando su fecha de nacimiento, ya que el Criterium Solo Moto exigía una edad mínima de 15 años para participar, gana la prestigiosa prueba nacional a los mandos de su NSR 75, y comienza a llamar la atención de escuderías y equipos que participan en el Mundial.
Derbi, la otrora gran marca española, y la principal referencia española en cuanto a estructura de competición se refiere, le ofrece hacer el Europeo de 80cc en su equipo teniendo como compañero de equipo a Julián Miralles. Aunque Miralles logra el título, este joven catalán le pone las cosas difíciles y acaba tercero en dicho Campeonato.
En 1987, en el “difunto” Mundial de 80cc y en su primera carrera impresiona a todo el paddock del Mundial al hacer 2º.
En 1988 empiezan los problemas de Crivi con 2 intocables dentro de la estructura de Derbi: “Champi” Herreros, y el Multicampeón Jorge Martinez “Aspar”. De hecho, la prensa de la época se hace eco de la malísima, casi inexistente relación entre ellos, y su división en 2 “clanes”: los valencianos Herreros y Aspar, contra el catalán Crivillé. En un año lleno de tensión y desconfianza entre ellos, y el equipo, a Crivi le intentan parar desde boxes cuando iba tercero en la carrera de Yugoslavia para intentar asegurar el Subcampeonato del Mundo para Champi.
Decisión del jovencísimo Crivillé, recordad, 18 añitos: NO PARO. Dicha desobediencia a las órdenes de su propio equipo monta un revuelo de tal magnitud, que aunque consigue finalmente el Subcampeonato para sí mismo, nunca más correría para la fábrica de Tarrasa.
Así era el joven Crivi. Impaciente, tremendamente competitivo, y muy seguro de sus capacidades, confiado en que sus dotes de pilotaje le llevarían, más pronto que tarde, a conseguir su único objetivo: ser Campeón del Mundo.
Y así sería en 1989, año mítico en nuestro motociclismo al sumarse a Crivillé como Campeones aquel año, Champi Herreros en 80 cc, y Sito Pons en 250cc.
Su unión con el genio de Antonio Cobas, auténtico revolucionario del Mundial, dan lugar a una mezcla imbatible de juventud, talento y un equipo técnico adelantado a su época, para conseguir 5 victorias en los Grandes Premios de Austria, España, Alemania, Suecia y República Checa a lomos de la JJ Cobas, convirtiéndose, de esta forma, en el Campeón del Mundo más joven de la Historia.
A partir de aquí le toca lidiar con dos temporadas muy complicadas en la categoría del cuarto de litro. Su subida al 250cc con Agostini y Yamaha en una época de aplastante dominio de Honda en dicha categoría, se salda con un Mundial decepcionante en cuanto a resultados, y frustrante debido a la escasa competitividad de la montura de Iwata.
Parecía que aquel joven talento, ese piloto que había asombrado a todo el Mundial en su época de 125cc, se estaba desvaneciendo con el paso de los años. Pero no era así. Simplemente no se dieron las circunstancias adecuadas para que Álex diese cuenta de todo su potencial.
Afortunadamente para todos, Sito Pons confía en él para la cilindrada reina: Los 500cc
Y Crivi demuestra que la cilindrada grande se le adapta como un guante. En su tercera carrera, ya consigue el primer podio, acompañando en él nada más y nada menos, que a Schwantz y Rainey, y 2 meses después en La Catedral, Assen, el 27 de Junio de 1992 consigue la primera victoria en la historia de un piloto español en los 500cc. Todo presagiaba una gran temporada para el año 1993, pero no fue así. Sólo 2 podios y 4 abandonos marcan un año complicado para Álex, y su 8ª posición final en el Campeonato, así lo refleja.
En 1994 entra a formar parte del mejor equipo del Mundial: HRC. Y junto a él, su alter ego, el piloto que dominó con mano de hierro el Mundial de aquellos años noventa, y que le llevaría a un nivel de exigencia y competitividad como nunca en su carrera: Mick Doohan.
Ese primer año en la escuadra oficial nipona será un año de adaptación a las exigencias que Honda, y sobre todo Doohan, le someterían a lo largo de su relación. 3 podios y un 6º final en la tabla de clasificación.
1996 es claramente el año en el que Crivi enseña los dientes a su jefe de equipo y piloto imbatible en aquel momento, Mick Doohan. Le gana en 2 carrera memorables, Austria, y la siguiente cita en Brno, aquella carrera mítica en la que se impone por 2 milésimas de segundo. Con la regularidad como su gran aliado, y firmando una racha espectacular de 10 podios consecutivos, ese Mundial es un gran mano a mano entre Mick y Álex, maestro y pupilo, que se salda con no pocos encontronazos dentro y fuera de la pista.
Doohan sabe que su único rival comparte su box, y hace todo lo posible por desestabilizar a Crivillé. En ese año Álex, consigue el Subcampeonato, pero quiere más.
1998 es un año muy difícil para el de Seva debido a la muerte de su padre, ya que alterna buenas actuaciones, con victorias en España y Francia, con resultados no especialmente brillantes lo que le hace quedar 3º en el Campeonato.
Hay gente que cree que con Doohan en la pista, igual hubiese sido otro el resultado. Nunca lo sabremos. Pero si el título de Shwantz del 93 quedó marcado por el accidente de Rainey y el mismo Wayne dijo que Kevin merecía el título más que nadie, en el caso de Crivi se puede aplicar exactamente lo mismo. Los Campeonatos del Mundo no se regalan, hay que ganarlos en la pista, y para ello hay que poder competir. Las lesiones y caídas son parte inherente de este deporte, por lo tanto, el título de Crivillé tiene, por méritos propios el valor que merece: el de todo un Campeón del Mundo de 500cc.
Las temporadas de 2000 y 2001 son un borrón en la carrera de Crivi, ya que una vez conseguido el sueño de toda una vida, pareció quedarse desfondado, y sin su máximo rival en pista, Doohan, fueron años claramente oscuros en cuanto a resultados.
En el 2002 anuncia su retirada después de comunicar que problemas de salud le impedían dar el 100% en la pista, pero para siempre quedará en la memoria de todos los aficionados españoles, su gran hazaña: ser el primero. CAMPEÓN DEL MUNDO 1999 EN LOS 500CC.