Kenny Roberts, El Marciano

31-12-1951 Modesto (California).

Kenny Roberts
Yamaha
Tiene gracia que uno de los pilotos más arrogantes de la Historia del Mundial, y todo un personaje que siempre se ha caracterizado por decir lo que piensa, haya nacido en una ciudad que se llama Modesto.

Fuera bromas, King Kenny o El Marciano fue una de las mayores “apariciones” del Mundial a finales de los setenta.

Formado en las pistas de dirt track, esto le lleva a adquirir un dominio sin igual en la técnica del derrapaje, técnica que sería clave más adelante para dominar la era de las 500cc de dos tiempos más potentes de la historia en manos de gente como Lawson, Gardner, Rayney, Schwantz, etc.

Su primera carrera la disputa a la temprana edad de 18 años y consigue acabar 4º.

Cuando su “mentor” de aquella época, Bud Aksland, buscaba equipo para disputar el AMA (Campeonato Estadounidense de Motociclismo), se acercan al distribuidor de Triumph en USA que le dice que es demasiado pequeño para sus motos. Seguro que se acordará de ello toda la vida.

Entonces deciden hablar con Yamaha, y aquí se encuentra con una persona clave en su carrera: Kel Carruthers, que desde ese momento, y estamos hablando del año 1971, se convierte en consejero y fiel escudero, sobre todo en el apartado técnico, de la joven promesa que por aquel entonces era Kenny.

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Yamaha
En ese mismo año ya se hace con el título honorífico de Rookie del Año y en 1972, en su primera carrera como “experto”, consigue la victoria en Houston. Lucha en clara inferioridad de medios con la escuadra dominante por aquella época, Harley Davidson, con su Yamaha XS 650, que suple con determinación, coraje y una técnica sin igual. Al final de la temporada, acaba cuarto, lo que sería simplemente el preludio de su primer título nacional en el año 1973 con un récord de puntos nunca visto hasta entonces. Era sólo su 2º año entre los “pros” y ya dejaba a todo el mundo atónito con sus demostraciones semana tras semana.

Roberts sabe que en tierra es absolutamente imbatible, pero le hace falta todavía confianza para asentarse como gran piloto de asfalto. En unos entrenamientos de la Daytona 200 en 1973, observa al mítico piloto finlandés Jarno Saarinen y “copia” su estilo de pilotaje. Depura esa técnica al máximo hasta que llega a tocar rodilla en cada una de las curvas que traza, ayudando con el gas a levantar la moto y hacerla girar derrapando la rueda trasera. Acababa de nacer el “pilotaje moderno”.

Hace doblete en el AMA en 1973 y 1974, a lo que añade también tres victorias en la Daytona 200.

Buscando siempre nuevos retos y confiando enormemente en sus capacidades, se embarca en el Mundial, después de una participación anecdótica en el Mundial del 74 con una Yamaha de 250cc.

En 1978, y compaginando las categorías de 250cc y 500cc, llega como un auténtico ciclón, superando incluso al vigente Campeón e ídolo de masas, Barry Sheene, y consiguiendo en su primera participación completa en el Mundial el Título de Campeón del Mundo en 500cc.

Veni, vidi, vinci.

Estaba claro que una nueva estrella acababa de llegar al Campeonato, y lo hacía a lo grande, convirtiéndose además, en el primer estadounidense en coronarse Campeón del Mundo de Motociclismo.

En los años 79 y 80 revalida el título, haciendo un triplete histórico y brindando a los aficionados carreras espectaculares con el otro genio de la época: el Mítico #7, Barry Sheene.

Está claro por qué a Roberts le comienzan a apodar “El Marciano” o “King Kenny”, ya que parecía venir de otro planeta y reinaba con “tiranía” en un Mundial que se frotaba los ojos ante una irrupción tan impresionante.

Es un auténtico pionero en la técnica de pilotaje. Cambia radicalmente la forma de pilotar una moto potente de carreras, que en vez de basarse en un paso por curva elevado como se hacía hasta entonces, la adapta a su tremendo dominio de la técnica del derrapaje, extraída de su aplastante dominio en Dirt Track, frenando lo máximo posible, tumbando rápidamente y acelerando con la moto todavía inclinada haciéndola girar a base de gas.

Después de 2 años, 81 y 82 en los que Suzuki con los italianos Luchinelli primero, y Franco Uncini después, se hacen con el Campeonato, con Roberts terminando 3º y 4º respectivamente, llega una de las mejores temporadas de la historia del Mundial, junto con la mítica del 67 entre Hailwood y Agostini, la del año 1983.

Roberts decide que será su última temporada en el Mundial y se encuentra con Freddie Spencer y, con él, una batalla sin tregua durante todo el Campeonato que además enfrenta a los 2 grandes fabricantes japoneses: Honda y Yamaha.

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Yamaha
Todo se decide en Suecia, penúltima prueba del año 83. En una carrera a cara de perro entre ambos y con sólo dos puntos de ventaja en la Clasificación para Spencer, en la última vuelta, una acción al límite de ambos pilotos, los lleva a salirse de la pista, siendo Spencer el mejor parado ya que, cuando vuelve a ella se hace con la victoria. Roberts nunca ha estado de acuerdo con aquella maniobra, insulta a Spencer en el podio y, aunque gana la última carrera en San Marino, el título es para Spencer.

El gran King Kenny orientaría su futuro a ser Jefe de Equipo, con escuadras tan míticas como la Marlboro Yamaha, y Campeones a su cargo como Eddie Lawson, Wayne Rayney y John Kocinski.

El Marciano supuso una auténtica revolución en el Mundial y su lucha por la mejora en la seguridad de los circuitos y las condiciones de los pilotos, unido a su inconmensurable talento, lo hace brillar con luz propia en el firmamento de los Grandes Pilotos de todos los tiempos.





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