Supermasa Márquez: los Mappings del Gran Premio de Japón.

Marc Márquez durante los entrenamientos libres del Gran Premio de Argentina de MotoGp
Repsol Media

Mapping 93: Cuando hace un tiempo acepté el reto de escribir unas notas de los GGPP de MotoGP para revistadelmotor.es lo hice con una premisa clara, intentar escribir sobre las carreras no haciendo hincapié, incluso dejando al margen, a los pilotos que acaparaban titulares para hablar de otros pilotos, de otros factores en los que normalmente la prensa no se ceba, reitera, repite y machaca en lo mismo una y otra vez hasta el infinito y más allá. No se trataba ni se trata de aportar algo nuevo, ojalá pudiera aportar información inédita, sino de poner el foco en otro lugar diferente al que nos ofrecen. Bajo esta premisa es muy fácil poner el foco en cualquier otro lugar que no sea Marc Márquez, ya que la obviedad de su dominio, de sus cifras, de sus logros y de su ambición, la atracción gravitatoria de la SUPERMASA MÁRQUEZ es tan absolutamente universal que para salirse del foco dominante casi basta con hablar de cualquier otra cosa que ocurra en el universo MotoGP. Una situación muy parecida a la que me llevó a querer poner el foco fuera de los titulares, la que se ganó Valentino Rossi en 2004 y 2005 frente a Sete, consiguiendo números que en logros y precocidad son bastante análogos a los de Marc hoy en día. La obviedad, los titulares fáciles son en los casos de Rossi frente a Sete en 2003 y 2004 o los de Marc frente a Dovi en 2017 y 2018 dos agujeros negros de los que es imposible escapar y ante los que sólo cabe hincar la rodilla y dejarse atrapar. Como hubo que decir en 2003 y 2004 con Rossi y Gibernau, gracias Marc por el espectáculo y enhorabuena. Gracias Dovi por el tesón y la continúa reivindicación.

Entre tanto, Marc Márquez ha conseguido alcanzar el nivel que alcanzara Rossi justo antes de una de sus primera época dífici, la que provocó la primera gran reinvención del italiano antes los fiascos de 2006 y la avalancha australiana de 2007. Decir que lo que ha conseguido Marc no es único porque Rossi ya lo consiguió antes resulta bastante riguroso, pero lo cierto que lo conseguido por Valentino y acaecido a partir del 2006 nos debe dar la visión de lo díficil que es mantenerse al nivel «que pase el siguiente» que Marc tiene hoy en día. De acuerdo, lo conseguido por Marc no es único, pero lo que pueda conseguir a partir de 2019, con la necesaria colaboración de Honda y el permiso de sus respetados rivales, quizá sea absolutamente excepcional y generará un agujero negro son tal supermasa que véremos quién escapa de ella.

Francesco Bagnaia

Mapping 42: y si hay una actuación que quizá esté siendo ensombrecida por ese rodillo que es la era Márquez en MotoGP es la de Pecco Bagnaia. En Japón ganó por la rigurosa descalificación de Fabio Quartararo tras una exhibición de pilotaje del francés en la pista de Motegi (ojo, he dicho rigurosa pero no injusta, una vez que el reglamento está escrito no hay excusas, aunque diré en defensa de Quartararo que llevar una presión 0’02 bares por debajo de la mínima permitida no me parece que le otorgara demasiado ventaja, aunque igual estoy equivocado). Volviendo a Bagnaia, la perla que la VR46 Academy se ha adueñado, no está sufriendo la presión de saberse piloto de MotoGP en 2019 que otros tantos pilotos han sufrido, como Simoncelli o Bautista en le pasado o en el presente el increible caso de la involución de Joan «sin pena ni gloria en Moto2» Mir, amén de la décima y media que perdieron Tito Rabat y/o Alex Rins hace dos temporadas. Bagnaia no sólo no afloja sino que aprieta más y más a cada Gran Premio y probablemente sea el mismo Bagnaia el mayor de los problemas técnicos no definidos que Miguel Oliveira está encontrando en su KTM.

Prustel GP

Mapping 12: otro que por la sombra de rodillos y por estar enfrentándose a un español en la lucha por el título cuyo trabajo y mérito en este año no se va a terminar de reconocer es Marco Bezzechi, que es de lejos la gran revelación en el total de las tres categorías de la temporada 2018. Ni Aron «contento me tienes» Canet ni Enea Bastianini ni la resurrección que nunca llegará del ausente en Japón Bulega han mostrado ni la consistencia ni la rapidez de Bezzechi, del que ahora más que nunca dan gracias en el Gresini de su cero en Tailandia. Y es que en el último capítulo de «quién quiere ser Campeón del Mundo» Bezzechi tuvo la suerte del Campeón que ya tuviera Martín en Tailandia. Podríamos decir que al igual que Márquez con Dovi, Marco provocó el error de Martín para, por enésima vez este año, volver a empezar de cero en la lucha por el título entre Marco y Jorge, ya con Canet descartado y Di Giannantonio a por uvas en una temporada que me trae a la mente la del 92, en la que se coronó Gramigni poco más que a fuerza de mantenerse en pie sobre su preciosa Aprilia morada y roja. Un nuevo volver a empezar con muy poquitas carreras por delante y con los nervios muy a flor de piel: que Martín se dedique a quejarse de que van «todos contra él» es un claro síntoma de nerviosismo mientras Bezzechi se dedica a saliar a ganar, y el abajo firmante se pregunta cuándo abrieron el patio del colegio para olvidar que, en efecto, al Mundial se viene a competir contra todos y para uno mismo. Por eso se le llama Campeón al ganador, porque les gana a todos los demás. Históricamente, las reivindicaciones de derechos divinos en pista no suelen terminar bien.

MotoGp.com

Mapping 04: quiero volver a hacer hincapié en el papel de Andrea Dovizioso en el universo Márquez. El deporte suele ser bastante cabrón e injusto, como totalmente injusto me parece que Dovizioso no apareciera en la foto junto a Márquez. Volviendo a la comparación con Sete, habrá que ver si aguanta la presión de ser número uno indiscutible de Ducati y candidato al título desde el inicio de 2019. Lo que es cierto es que sin Dovizioso ni el 2017 ni el 2018 hubieran resultado tan festejados.

MotoGP

Mapping 27: qué bonita fue la carrera de Moto2 entre los que luchaban por el top 5. Por momentos parecía un anticipo de lo que nos gustaría ver en 2019, ahora que parece que ya empezamos a pensar más en el año que viene que en lo que queda de éste (aunque por fin con cierto motivo y la temporada terminando, no como la locura desinformativa que vivimos desde pretemporada). Quien diga que no se sorprendió gratamente de ver a Iker Lecuona saliendo desde primera fila y peleando por estar delante miente. Con Iker estamos asistiendo al crecimiento de un piloto que está peleando y despuntando en es categoría en la que no han conseguido brillar Campeones del Mundo como Sandro Cortese o «qué fue de» Danny Kent. Una apuesta arriesgada que sin el brillo ni el glamour de otros nombres se está haciendo su sitio en un equipo extranjero que lleva a KTM detrás. Iker es parte de una esperada fiesta futura del motociclismo español que en Japón pudimos vislumbrar. En esta fiesta estuvo el esperado nombre de Xavi Vierge, que volvió a estar en los puestos de comienzo de temporada, y también estuvo lo mejor que ha traído Héctor Barberá al motociclismo en los últimos años: la llegada de su sustituto Augusto Fernández, que con todo el foco puesto en «lo de Márquez» se nos escapa que ha llegado al mundial a media temporada y asomando la patita con más constancia y rapidez que grandes campeones del mundo como Cortese, Kent y el mismo Joan Mir,  que lo vistamos como lo vistamos, está resultando la gran decepción de este año. Por delante de todos estos debería estar Alex Márquez, al que el brillo no acompaña en 2018.

 

Mapping 46: Probablemente la afirmación que más defina a Valentino Rossi en este 2018 es aquella de «yo no soy un gran piloto, soy un Campeón». Con un equipo Yamaha con una línea de comunicación con Japón aparentemente inexistente (uno pensaría que está en profunda reestructuración empezando por nuevos italianos patrocinadores), con una moto en la que ninguno de los dos pilotos titulares oculta su decepción, en un entorno en el que los dos pilotos titulares se quejan de falta de atención por parte de la fábrica (absolutamente sangrante y osada la frase de Rossi diciendo que podría haber puesto un póster suyo y una grabación en Yamaha y nadie se habría dado cuenta) Rossi no deja de mostrar que es un Campeón compitiendo una y otra vez por lo que sea. Con la tontería tiene el subcampeonato a relativo tiro mientras que Maverick Viñales, que debe estar perdiendo crédito por segundos en Yamaha, se queja de que el piloto que continuadamente obtiene mejores resultados que él elige qué motores usar y espera un circuito que le vaya bien, sin frenadas fuertes y tal, para llegar al podio. Desde luego la comparativa no se soporta, y como en el caso de Oliveira, quizá sea el mayor lastre que soporta la moto de Viñales.

Cal Crutchlow y Álex Rins durante el Gran Premio de Argentina de MotoGp
Team Castrol LCR

Mapping 42.1: Si Viñales se queja de que no tiene la moto a su gusto y por eso no va rápido mientras su «viejo» compañero hace de la excepcionalidad rutina en Yamaha (algo que Pedrosa lleva haciendo en Honda desde la llegada de Stoner y ya lo dejo, va…), el abajo firmante empieza a pensar en cúan buena sería la Suzuki que llevó Viñales a la victoria en su anterior periplo. Y cómo de buena será la actual con la que Alex Rins se va luciendo intermitentemente por delante de pilotos como Iannone que no tienen nada que demostrar porque ya demuestran bastante en cada GP. No voy a quitarle mérito a Rins porque para llegar al podio hay que tener una buena moto y luego hay que  llevarla al podio como hace la segunda Honda de fábrica en resultados, la del no prejubilado Cal Crutchlow (uy perdón, un poco más y vuelvo a sacar el tema de Pedrosa). Volviendo a Suzuki, enhorabuena por la bicha que han construido, y a Rins animarle a creerse que es y debe ser el emblema de una marca con una politica de fichajes condicionada por el mercado y las prisas.

Mapping 64:  ¿Os habéis enterado de lo de Bo Bendsneyder? Que un motor de Moto2 rompa y te toque es estadisticamente improbable. Que te pase en la última vuelta empieza a ser de esas «cosas que pasan», que salga una pieza disparada justo por algún hueco del carenado es muy mala suerte y que te apunte a la tibia y te la rompa es mala suerte nivel Ben Spies. Ánimo y fuerza para el holandés, y recemos para que el resto de los motores CBR600 en su particular ocaso, que ni en Australia ni en Malasia recibirán asistencia técnica. Especialmente en Australia, uno de los circuitos más exigentes con la mecánica, sino el que más.

Fabio Di Giannantonio en Brno
Gresini Racing

Mapping Moto3: ¿es cosa mía o en Motegi la carrera de Moto3 fue mucho menos accidentada que en Buriram? Objetivamente lo fue, no hay más que echar un ojo a la acciones que tuvo que investigar Dirección de Carrera y el panel de Comisarios de la FIM (que en 2019 contará con Freddie Spencer) en Buriram y en Motegi. No sé si la falta de embudos, si la dificultad del trazado o el ritmo no tan alto que tuvo cabeza de carrera impidió que todo quisqui fuera metiendo rueda sin orden ni concierto ni los ojos abiertos a cada curva. Claro, que si el circuito es más díficil, el ritmo es ligeramente elevado y de repente la los quizá excesivamente precoces pilotos de Moto3 ya van con el gancho puesto igual quiere significar que esta categoría está pidiendo un poquito de experiencia por favor.

Angel Nieto Team

Mapping 19: fantástico el trabajo de Álvaro Bautista en Japón. No me extraña que en Ducati lo quieran en SBK para el debut de la nueva V4, porque si había que elegir entre Miller, Petrucci o Bautista, está claro quien ofrece mayores garantías y quien sale barato para mantenerlo en MotoGP al precio de dos de las mejores motos de la parrilla haciendo bulto. Será díficil que en Australia llegue al podio. Incluso no le convendría a Ducati que lo hiciera, sería una nueva vergüenza en la gestión Ducati.

Simeon
Gresini Racing Press Office

Mapping 10: El de arriba, el de la foto, es Xavier Simeon en unos tiempos no tan lejanos, en los que el belga competía y luchaba por el podio en la categoría en la que competía Fenati, también conocida como Moto2. Una categoría en la que la fuga de talentos es tan continua que algunos, como Joan Mir, no sé ni para qué paran. Simeon subió a MotoGP con el importante apoyo de un patrocinador que prefería tener a un piloto belga haciendo bulto en el final del pelotón de MotoGP a tenerlo delante en Moto2, dándo espectáculo y valor a su palmarés particular y minutos de televisión a su patrocinador. Ahora, después pasar de ser un piloto competitivo a ser el bulto que pilota una de las Ducati Avintia, pasará a ser uno de los bultos que saldrán a pasear en 2019 con la Energica en la primera Copa Mundial de MotoE, esa competición que tanto interés nos está suscitando y que tantas y tantas personas veremos (espero que estéis captando la ironía) en una cara plataforma de pago aún por definir, por cierto. Y qué queréis que os diga, si un patrocinador prefiere hacer bulto en MotoGP a competir en Moto2 y si en Moto3 cuando el circuito es técnico la mitad de la parrilla pierde medio segundo ya me contáreis dónde está el éxito de una gestión que ha crecido a la sombra y gracias a los éxitos de las excepcionalidades convertidas rutina de MotoGP y cuyo acceso .

No olviden vitaminarse ni mineralizarse, nos vemos como tarde tras Philip Island.

@mnlt15

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