Detalle de la moto de Valentino Rossi

Somos idiotas

Detalle de la moto de Valentino Rossi
Foto: Yamaha Motogp

“Llevamos seis años hablando de esa curva 12 en la comisión, alegando que era necesaria una escapatoria más ancha. Pero por desgracia, no hay más espacio para mover el muro. Hay una tribuna y sería muy caro modificar esa vía de fuga en ese punto. Se pusieron más defensas inflables porque nos dijeron que ampliar la escapatoria era imposible. Aquel viraje es un punto peligroso. Hace dos años Antonelli tuvo allí una caída normal y llegó hasta el muro.
Cuando corremos en la misma pista que los F1 deberíamos estar todos de acuerdo, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) con la de Motociclismo (FIM). Y buscar siempre un equilibrio. Nosotros preferimos la grava y la F1 el asfalto, hay que buscar el compromiso en cada curva, no pueden llegar ellos o nosotros y poner asfalto y punto.
Probablemente, si en esa escapatoria hubiera habido grava en vez de cemento la dinámica del accidente hubiera sido diferente, la moto se hubiera ido hacia lado y no contra el muro. Los F1 hace muchos años que no hacen ese curvón porque a la velocidad a la que entraban necesitaban 500 metros de escapatoria. Nosotros lo hacemos mucho más despacio, pero necesitamos grava en ese punto”

Éstas fueron las palabras que el pasado sábado se dijeron en el Circuit de Catalunya, en Montmeló, tras la tragedia que se llevó por delante a Luis Salom. Unas palabras muy duras, aún más duras, que carga de inutilidad y responsabilidad a la Safety Commission y a todo el que pille por delante, desde el mismo circuito al estamento que homologa los circuitos hasta el promotor del mundial y responsable último de todo lo que pasa en él. Porque no se equivoquen, si un trabajador tiene un accidente laboral, el responsable último es la empresa para la que trabaja.

Unas palabras muy duras, aún más duras, en las que existe una muy explícita y amarga queja hacia todos los que no escuchan a los pilotos. Una queja muy amarga, aún más amarga, contra los dueños del circuito (Ayuntamientos), homologadores (la Federación Internacional de Motociclismo) y promotor (Dorna) que deja bien a las claras que los intereses están muy por encima de la seguridad activa de los profesionales que allí trabajan, en adelante, los pilotos que disputan el Mundial en sus distintas categorías.

Foto: Miquel Rovira / Circuit de Catalunya
Foto: Miquel Rovira / Circuit de Catalunya

De estas muy duras, aún más duras palabras, uno (y digo uno porque sólo escribo este texto en mi nombre) concluye que puede que esa escapatoria se asfaltara en su día para que Montmeló fuera homologable para la Fórmula 1 (aunque ésta homologación choque con la seguridad de las motos) porque los cochecitos lerés son muy caros para verlos clavados en una trampa de arena y grava que frene los objetos y pilotos que por allí puedan deslizarse. Puede que Montmeló prefiera perder los ingresos de MotoGP antes que perder los de la Fórmula 1, y puede que el promotor prefiera no perder los ingresos de Montmeló si exige una escapatoria de grava que no es del gusto del público de la Fórmula 1, que paga hasta por ver la pista vacía en un día de entrenos privados. Y no crítico a los fans de la Fórmula 1, yo pago por ver motitos dar vueltas a un circuito. Las televisiones pagan por poder retransmitirlo. Y la gente paga por poder ir al circuito a verlas. (Y creo que éste, y no otro, es el motivo de la no suspensión del pasado GP de Catalunya).

Estas palabras son muy duras, aún más duras cuando uno se entera que han sido pronunciadas por Valentino Rossi. Marco Melandri (ex profesional, ex trabajador de MotoGP) también se pronunció al respecto.

El puto amo del Mundial se reivindicó como tal durante el GP de Catalunya enfrentándose al nuevo reglamento que impide criticar abiertamente al Mundial de MotoGP y que castiga declaraciones cómo éstas con penalizaciones deportivas. El puto amo del Mundial actúo como tal y defendió ante los medios a todos sus compañeros de profesión y su derecho a trabajar en unas condiciones mínimas de seguridad que llevan reclamando, en este caso, seis años. El puto amo del Mundial tomó consciencia de si mismo y se encaramó a los medios que tan bien maneja para lanzar un claro mensaje: La mal llamada Safety Comission ni funciona ni hay interés en que funcione. Y visto lo visto, pues ahora entiendo que Rossi no tenga interés en asistir a sus inútiles reuniones de postín.

Y ahora viene mi pregunta, ¿en cuántos medios leyeron éstas palabras? ¿Quizá nunca se pronunciaron? ¿Las soñé acaso embriagado de absenta? Porque las ediciones impresas de Solo Moto o Motociclismo no las nombran ni de soslayo, y en las distintas ediciones digitales de la mayoría de los medios intentaron vendernos la mierda de que Rossi aprovechó los hechos del viernes para atacar a Márquez sin hacer referencia alguna a que esa curva lleva seis años bajo sospecha de los pilotos.

Foto: MotoGp.Com
Foto: MotoGp.Com

He querido decidir que tuve que soñarlo, porque me parece inasumible que ningún medio se hiciera claro eco de unas muy duras, aún más duras palabras, en las que se dice que a nadie le importa si un piloto puede morir salvo si muere, pero no he podido: esas se palabras se pronunciaron y los medios habituales no le hicieron ni puto caso, convirtiéndose todos en unos grandísimos cobardes hijos de la grandísima Safety Commission, bien porque no interesa vender cuando un piloto se queja, bien porque alguien les pidió que no les dieran demasiada difusión a esas palabras controlando lo que sale o entra de las salas de prensa de los circuitos. Ahora bien, para la rueda de prensa de Ezpeleta y Uncini afirmando no explicarse el accidente no faltaron entradas ni reseñas en los distintos medios.

Somos idiotas, muy idiotas, aún más idiotas, por no ser capaces como afición, como moteros que entendemos los riesgos que toman nuestros admirados profesionales del pilotaje, de ver más allá de la cortina de humo que supone eliminar una curva justo después de que algo pasara cuando alguien les venía avisando seis años de que esa escapatoria era muy insegura mientras nadie asume más responsabilidad que la de no explicarse qué ha pasado. Y como esa curva hay unas cuantas más, por cierto.

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