Ahora la responsabilidad es vuestra

Oh sí, el GP de Gran Bretaña será recordado como aquel en el que imperó la cordura y se antepuso la seguridad de los pilotos a cualquier otra consideración, comercial, televisiva, espectáculo… El GP de Gran Bretaña será recordado como aquel en el que vosotros los pilotos pudistéis decidir sobre vuestra propia seguridad, todo un un nuevo triunfo de Dorna nacido del más absoluto y ridículo de los fracasos. Y os lo digo tras tomarme un día de descanso, de alejarme de memes y de poder mirar con perspectiva el global de la situación. Os lo digo en frío.

Y si bien, y sin sarcasmos, es de celebrar que por fin se haya actuado de manera efectiva en materias de seguridad aún a pesar de la imagen del Campeonato (porque no os voy a recordar cuántos años de quejas ha acumulado la curva 12 de Montmeló, ¿verdad?), si bien es de celebrar que, quien sabe si justo a raíz de aquel fatídico Montmeló 2016, no se quieran tomar más riesgos que los rigurosamente inevitables e inherentes a la competición, el circuito de Silverstone no sólo no ha sido capaz de drenar todo el agua que acumulaba, sino que además también fue absolutamente incapaz de depurar responsabilidad alguna en nada… al menos de una manera justa. Porque lo que ocurrió en Silverstone fue, por orden alfabético, cobarde, conveniente, injusto, tremendamente injusto.

Y no me refiero a los miles de aficionados que se dieron cita en el circuito y que se tuvieron que conformar con ver una exhibición de la tracción total de los BMW de la organización, no me refiero a los wild cards y pilotos sustitutos que se quedaron sin participar, no me refiero a los fans que nos quedamos en casa mirando una pantalla esperando noticias ni me refiero al prestigio de la empresa que reasfaltó el circuito y de la que nadie recuerda el nombre. Me refiero a que fue tremendamente injusto con vosotros los pilotos.

Y es que en el caso de que alguno de vosotros, pilotos, llegue a leer esto, no quiero que me malinterpretéis. De verdad que considero un triunfo que no se compitiera en una pista que no reune condiciones, o mejor dicho, que reunía condiciones suficientes para garantizar la inseguridad de los pilotos. Lo que es un clamoroso fracaso es que la decisión de no correr fuera yendo de mano en mano como una patata caliente haste recaer en vosotros. Y si soy lo suficientemente cebolleta para preferir seguridad a ver una carrerita, también lo soy para saber que cada vez que el Pisuerga pasa por Valladolid, alguien aprovecha la ocasión.

Y mucho me temo que Silverstone, ese enésimo fracaso de una organización que parece estar confundiendo sus objetivos reconvertido a un nuevo éxito de seguridad y respeto por los pilotos, este Silverstone va a sentar un precedente que se aprovechará la próxima vez que el Pisuerga se empeñe en pasar por Valladolid. En Silverstone habéis tenido la última palabra porque nadie la ha querido tener antes, porque nadie ha sido lo suficientemente valiente para reconocer sus errores y dar la cara hasta que, de manera oficiosa primero y oficial después, se os dio a los pilotos la voz y el voto de elegir si correr o no. Como en Qatar el año pasado o en México el año que viene, como en el Montmeló con las escapatorias asfaltadas, pero en esta vez os han hecho caso.

En Silverstone habéis tenido la última palabra porque el promotor es incapaz (no por dejadez, sino por falta de medios) de exigir condiciones a un circuito que paga por albergar un GP. En Silverstone habéis tenido la última palabra porque ese ente llamado Race Direction es incapaz (y puede que por dejadez) de pronunciarse oficialmente por sí mismo en tiempo y forma, de hecho hasta parece incapaz de convocar una reunión de forma efectiva. En Silverstone habéis tenido la última palabra porque darle la palabra a los que homologan el circuito paseándose por ellos en una tarde soleada ya hemos visto el resultado que da. En Silverstone habéis tenido la última palabra porque pudimos ver en directo el estado de la pista en sábado con las consecuencias que ya sabemos para Tito En Silverstone habéis tenido la última palabra porque la organización no ha querido pronunciarse ni ha querido saber qué pasaba en ese circuito desde que la Fórmula 1 pasara por allí, porque todos han hecho oídos sordos a los charcos de Siverstone y que ya se produción antes del viernes.

En Silverstone habéis sufrido la humillación, y habéis sido los únicos que habéis tenido la vergüenza de pedir perdón por un circuito cuyas condiciones homologaron otros.

Este es el fracaso reconvertido a éxito: vender la incompetencia en inhibición de un montón de gente que dice dedicarse a la seguridad de los pilotos como el éxito de haberos traslado la responsabilidad de los únicos que decidieron no celebrar el GP. Y la decisión ha sido lo suficientemente cara para no rentabilizarla.

Ahora la responsabilidad es vuestra. Cualquier cosa que ocurra en el futuro recaerá en vuestras decisiones, que para eso os han concedido la última palabra. Recordad, admirados pilotos, que si sois los responsables, los que deciden no competir, los que deciden sobre la seguridad o no por encima de no sé cuantos comités que homologan los circuitos y sus condiciones, también sois los responsables de decidir competir.

No, a partir de ahora se os ha otorgado la potestad de decidir por encima de los estamentos que nacieron y viven para tomar las decisiones que no toman. Y sobre todo, se os ha otorgado la resposabilidad de lo que acarree vuestra decisión de competir. En cada circuito que compitáis, en cada curva que toméis, en cada escapatoria enlazada y asfaltada por la que os deslicéis, la resposabilidad de la seguridad sera única y exclusivamente vuestra porque se os ha dado la potestad de decidir no querer competir en ella.

Espero que el Pisuerga tarde mucho en volver a pasar por Valladolid, pero admirados pilotos, en mi mundo no faltaría gente que recordara este GP y os recordara, recriminara y endosara la responsabilidad de lo que pueda pasar en el futuro antes que asumir la propia. No sé si en el vuestro faltaría gente así. Esperemos tardar en averiguarlo.

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